Opinión:

Delilah Green es un personaje encantador, de ese tipo coqueto con un pasado triste que siempre te deja con ganas de más. Aparte de eso, ¡la chica tiene tatuajes! (Y como sabrán, aquí amamos los tatuajes).

Claire Sutherland es un caso aparte, no solo es el personaje que ayuda a curar las heridas internas de nuestra querida Delilah, sino que también es la mejor amiga de la perfecta Astrid (la hermanastra de Delilah) y una de las chicas que—aunque sin querer—le hacía bullying en su adolescencia. Es un personaje que te hace cuestionarte los dos lados de la historia y que, ciertamente, a veces quise sacudir. ¡Por favor! No puede ser que se haya reído cuando le pusieron un nombre tan grosero como “El Espectro de la Mansión Wisteria” a Delilah.

Pero tampoco es una villana, después de todo, es la única que logra que Delilah Green no pase de todo.

Por otro lado, el personaje que tenía ganas de pegar—aunque claramente había una intención en el texto de que llegáramos a quererla—era Iris Kelly. Esa mujer es una bully total. Es de esas chicas capaces de hacer sentir mal a alguien solo porque su amiga se lo dice (¡ni siquiera tenía contexto, no sabía lo que estaba pasando con Delilah, solo defendía a Astrid Parker!). Así que, a pesar de su desarrollo, en este libro definitivamente no fue de mi agrado.

Dicho esto, la historia sí merece la pena, es entretenida y te muestra diferentes perspectivas que te hacen cuestionarte tus pensamientos iniciales sobre todas las protagonistas. Es decir, en esta historia, no estoy segura de que haya un villano.

Autora de la Reseña: Alexandra Morales